sábado, 26 de abril de 2008

Reflexión blogger

Vuelvo a la fucking fiebre blogger (mal). Esto de leer blogs encadenados, unos tras otros, esto de querer postear cosas que no tienen mucho sentido, ya no da. No puede ser tan adictivo a esta altura de la historia de la com de masas y en general, de la vida de uno. Ayer soñé algo que tenía que ver con los blogs y la censura.
Alguien muy cercano a mí leía todos mis blogs y mencionaba los post mas íntimos. Hacía comentarios puntuales sobre cosas que me avergonzaban y yo em quedaba ahí, quieta. Me acuerdo que me sonrojaba, pero no decía nada. Sentía verguenza y un poco de bronca. Quizás radique en que hay gente que sabe relatar muy bien lo íntimo y no le importa, en general, las consecuencias. También pasa que algunos textos son mucho mejores cuando al que los escribe ¨no le importa¨. hay algo que fluye ahí, a veces, con lo que uno se identifica y comenta.
A veces leo posts ficcionales, otros reales, de actualidad, bien escritos, despreocupados, personales, impersonales, interesantes, ficcionales y/o no. Opiniones políticas, debates, estudios de campo, poemas, cuentos, diarios. Algunos (los que pertenecen a amigos o a gente cercana) por algún motivo chocan mas. Leer post de gente que forma parte de esta maquinaria, leér esas experiencias que fueron narradas o contadas en vivo y en directo o por teléfono (o no), ver esos relatos que fueron íntimos, desgenerarse en la letra y hacerse públicos. No lo digo por ningun post ni blogger particular. No sé. A veces tengo la sensación de que todo es demasiado íntimo y eso genera en mi mente una inmediata imágen de perversión y, en consecuencia, miedo (de máquina perversora que termina cagando todo lo que uno hizo con alegres e inocentes ganas de experimentar). Es muy probable que sea una opinión personal. Uno (casi) siempre hace las cosas por algo y las deja de hacer por otras cosas. Pero, a ver, cuando el mecanismo es muy obvio y uno se engancha y mira todos los que estan inmersos en el y por algo uno no puede, genera cierta molestia, un/ cierto tipo de impotencia. También los hay que ni se lo plantean y, con más razón, les sale bien.
Hay algo en esto de contar lo íntimo que por un lado me invita y por otro me choca. Será por eso que en mis épocas de blogger empedernida terminé varias veces escribiendo textos que nunca publiqué y que archivé en el word y que quedaron ahí para alguna ocasión, para quien sabe cuando, porqué y como. Y es raro, porque por esa época o incluso antes, empezé a escribir algo que tiene mucho que ver con este blog. De alguna manera fue la génesis, y la base de la trama que nombré nace de experiencias propias, íntimas, lo cual también tiene que ver con los ensayos bloggers (digo ensayo como podría decir experimento, eso). La pregunta que aparece es ¿pará que relatar lo cotidiano? ¿sólo porque muchas veces es bello y va con ciertos cánones estéticos contemporáneos o hay algo más? ¿tiene que ver la catarsis -sí, la aristotélica- (simplificando, para que se entienda) ¿con el exibicionismo? ¿ o con ambas? ¿qué pasa con todo eso? ¿para quién escribe uno, me pregunto? ¿se puede escribir pensando, sin querer o queriendo, en los posibles lectores o en los comentarios? ¿se puede eludir completamente todo tipo de recepción?
Bueno, parece que me fuí al carajo sin darme cuenta (esto empezó siendo un tipo de catársis pero terminó en un amplio cuestionamiento que me excede). De todos modos, siempre me tienta un poco hablar de mí misma y de lo que me pasa y hacer de eso algo interesante o bello. Pero siento que casi nunca lo logro. En serio.
Volviendo a todo eso: ayer cambié la posición de la cama por recomendación de mi analista, aunque es cero funcional (quizas por eso lod el sueño, quizas nada que ver). Ayer pude con tres bolsas del súper, incluso todas en una mano y el celular en otra, alternando un poco las cinco cuadras. Me suele la rodilla izquierda de la parte de adentro y no tengo idea del motivo. Ahora me voy a leér unos libros que me presto papá. Ah, papa, gracias por las entradas para la feria y gracias por ser como sos. Quizá hoy pinte ir. Quiero estar afuera.

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